Los que tienen la fibromialgia y participan en actividades que les obligan a inclinarse hacia adelante (p. ej., escribir a máquina o sentarse a un escritorio, etc.) muchas veces tienen problemas particulares con dolores del pecho o las partes superiores del cuerpo que se conocen como “dolores y disfunciones del tórax“.
A menudo, estos dolores van acompañados de jadeos y problemas de postura,(no permite estar erguido porque el dolor se acentúa)Algunos pacientes pueden también presentar una condición llamada “costocondralgia“, que es un dolor muscular en donde las costillas se unen al esternón. Tales condiciones imitan los síntomas de una enfermedad cardíaca y por consiguiente se equivoca muchas veces en el diagnóstico.
(Cualquier persona que experimente dolor torácico, deberá consultar siempre a un médico inmediatamente).
¡Recuerde que las personas con fibromialgia también pueden tener otros problemas de salud!
Las personas que tienen el SFM son susceptibles a una condición cardíaca generalmente asintomática llamada prolapso de la válvula mitral (PVM) en la cual una de las válvulas del corazón se hinchadurante un latido, causando un chasquido o soplo. Por lo general, un PVM no es motivo de preocupación en los pacientes con SFM a menos que haya otra condición cardíaca.
Se caracteriza por dolor en la articulación que une el esternón con las costillas o la articulación costo-condral (que une costilla con cartílago). Esto origina un fuerte dolor torácico (en algunos casos este dolor puede llegar a ser extremo, llegando a ser debilitante, impidiendo hasta la respiración, ya que al inhalar el torax se abre y produce un dolor insoportable), en uno o varios cartílagos costales. Su inicio puede ser gradual o repentino y por su intensidad puede irradiar a brazos y hombros y producir dificultad en la respiración. Es por ello, que muchas veces se puede llegar a confundir con una angina de pecho o infarto de miocardio. Además, la persona que lo sufre, ante el fuerte dolor y los síntomas puede llevar a tener un cuadro de ansiedad o pánico al pensar que está sufriendo un ataque cardíaco.
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Síndrome de Tietze o Costocondritis
El Síndrome de Tietze, también conocido como Costocondritis o Condropatía Tuberosa de Unión Costocondral, una patología bastante desconocida y cuya causa exacta todavía es un misterio. Es una enfermedad osteomuscular rara, ya que igual que por sí sola ella sola va evolucionando de manera espontánea durante semanas o meses (en algunos casos unos pocos años) hasta llegar a su total curación.
Se caracteriza por la inflamación benigna de la articulación que une el esternón con las costillas o la articulación costo-condral (que une costilla con cartílago). Esto origina un fuerte dolor torácico ( en algunos casos este dolor puede llegar a ser extremo, llegando a ser debilitante), en uno o varios cartílagos costales. Su inicio puede ser gradual o repentino y por su intensidad puede irradiar a brazos y hombros y producir dificultad en la respiración. Es por ello, que muchas veces se puede llegar a confundir con una angina de pecho o infarto de miocardio. Además, la persona que lo sufre, ante el fuerte dolor y los síntomas puede llevar a tener un cuadro de ansiedad o pánico al pensar que está sufriendo un ataque cardíaco.
Como hemos dicho, no se sabe la causa exacta de esta dolencia pero se han indicado algunos posibles detonantes:
- Infección de las vías respiratorias, como pueda ser un resfriado
- Traumatismos torácicos costales
- Enfermedades sistémicas inflamatorias
- Angustia y stress
Normalmente afecta a personas jóvenes, de entre 20 y 40 años, de ambos sexos, aunque con una mayor incidencia en mujeres. Para su diagnóstico es necesario descartar previamente otro tipo de enfermedades de tipo coronario, respiratorio o algún tipo de artritis. Una vez descartadas, la exploración y la historia clínica suelen ser suficientes para hacer el diagnóstico. En algunos casos puede ser necesario realizar un TAC o gammagrafía ósea que confirme la dolencia.
Para el tratamiento y mejora del dolor se recurrirá a:
- Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos en los casos más severos, por una o dos semanas. Si el dolor se hace persistente y muy fuerte se puede llegar a recurrir a la infiltración local de antinflamatorio
- Aplicación de calor local en la zona del dolor
- Reposo, ya que el movimiento o la actividad aumentan el dolor
- Fisioterapia Movha y laserterapia. Se ha comprobado que este tratamiento alivia bastante el dolor
- Ejercicios de respiración, para relajar las vías respiratorias y permitan que se pasen antes los episodios agudos de dolor
Es por tanto un síndrome bastante doloroso pero que una vez diagnosticado da bastante tranquilidad al paciente saber que no es nada grave y que también se cura espontáneamente al cabo de un tiempo.