La tradicional etiqueta de “paciente psiquiátrico” para los enfermos de fibromialgia ha dejado de tener sentido en la actualidad de forma paralela al aumento del conocimiento entre profesionales de las características de esta dolencia, que puede llegar a afectar a alrededor de un millón de personas en toda España, y a la aparición de fármacos y nuevos tratamientos que mejorarán su calidad de vida. El médico especialista en Reumatología del Hospital General Universitario de Ciudad Real, Marcos Paulino Huertas, que estuvo el pasado miércoles en las jornadas organizadas por la asociación de fibromialgia y fatiga crónica Trébol de Puertollano con motivo del día internacional de esta afección, desveló a Lanza los avances cosechados en los últimos años en la investigación de la enfermedad y en su tratamiento, junto a las perspectivas de futuro.
Con el ánimo de eliminar cualquier duda, Marcos Paulino Huertas explicó que la fibromialgia “es una enfermedad que produce dolor difuso, cansancio extremo y que afecta a la concentración y a la memoria”. Las mujeres de entre cuarenta y cincuenta años son las más afectadas y según las diferentes aproximaciones realizadas podría estar presente en unas 20.000 personas en una provincia como Ciudad Real. De especial interés resulta que las enfermas de fibromialgia comparten que al someterse a las primeras pruebas médicas con el fin de obtener un diagnóstico dan resultados normales, razón que las llevaba a ser tratadas como pacientes psiquiátricas en el pasado.
El reumatólogo del Hospital General Universitario de Ciudad Real expresó que hoy en día es posible diagnosticar la fibromialgia no sólo a través del descarte de otras enfermedades en consulta, sino con técnicas avanzadas y específicas. De esta manera, las pruebas permiten comprobar que “las pacientes experimentan alteraciones no habituales en las terminaciones nerviosas y en el cerebro”, por lo que, según expresó el experto, “son más sensibles al dolor que otras personas”. Paulino Huertas destacó que “mediante estudios como la resonancia funcional se ve claramente que la actividad neuronal y cerebral es diferente”.
El reumatólogo señaló que en la actualidad el porcentaje de detección de fibromialgia es muy importante, por el aumento de formación en el ámbito sanitario sobre esta enfermedad y también por la importante labor de concienciación que ha existido con la introducción por ejemplo de su estudio en los currículos de las facultades de medicina. También ha habido avances en la fatiga crónica, una enfermedad “parecida”, caracterizada por el agotamiento intenso, aunque puede implicar al sistema inmunológico en ocasiones, y que afecta a la mitad de las pacientes de fibromialgia.
A pesar de que la fibromialgia en estos momentos no tiene cura, Marcos Paulino Huertas indicó que las investigaciones relacionadas pretenden “aumentar la calidad de vida de los enfermos crónicos, de manera que puedan acceder a tratamientos eficaces”. Sin medicamentos oficiales para el tratamiento de la fibromialgia en Europa, aunque sí existen tres en Estados Unidos y dos de ellos los utilizan los especialistas europeos -aunque a nivel comunitario “no se consideren lo suficientemente eficaces”, de ahí que no sean reconocidos por las instituciones-, Marcos Paulino Huertas en cambio afirmó que “van a salir en breve nuevos tratamientos y más medicamentos”, que están ahora en periodo de ensayo. De hecho, el reumatólogo ciudarrealeño dijo con aires esperanzadores que “van a salir nuevas terapias prometedoras” para los pacientes. El objetivo es reducir la sensibilidad al dolor de los enfermos, “aplacar su exceso de inflamación neuronal”.
Las investigaciones recientes también señalan que esta dolencia, que puede estar ligada al sexo femenino por cuestiones de tipo hormonal y que tiene un componente genético como demuestra que las hijas y las nietas de enfermas tienen ocho veces más riesgo de sufrirla, puede estar relacionada con “un cambio brusco” a nivel físico o psíquico, o una “situación de estrés”; de forma que aquellas personas genéticamente predispuestas a padecerla podrían desarrollarla en esos casos. Además, el especialista Marcos Paulino Huertas indicó que “la gente que sufre de ansiedad o depresión puede tener una mayor facilidad para desarrollarla”, según añadió, “no porque sean pacientes somáticos, sino porque los neurotransmisores del estado de ánimo están relacionados con la percepción del dolor”, determinantes para la fibromialgia.
La enfermedad puede mostrar algunos de sus síntomas desde la infancia, con “dolor de huesos o de crecimiento”; y el especialista recomendó acudir al médico de familia para determinar cuanto antes un pronóstico cuando exista dolor de cabeza o general y haya precedentes familiares, sobre todo porque los médicos de cabecera “son los principales especialistas en fibromialgia y están muy preparados” para tratarla.