Se ha comprobado científicamente que existen alteraciones en neurotransmisores del dolor. La más importante se encuentra en la serotonina, que interviene en la inhibición de las sensaciones dolorosas y se encuentra muy disminuida en personas con fibromialgia. Aunque también puede haber alteraciones en la dopamina y las endorfinas, entre otros. Gracias a este descubrimiento, hoy en día ya existe un consenso para considerar real el dolor en la fibromialgia.
Los principales síntomas son:
Alteraciones en el ritmo del sueño: Entre un 56 – 72% de los enfermos los sufren. Durante el sueño no se llega a estados de sueño profundo. Esto implica que no haya un sueño reparador que conlleva que la sensación de sueño y cansancio esté presente durante todo el día.
Alteraciones psicológicas: Es frecuente, entre un 30 – 70%, que las personas que sufren de fibromialgia tengan niveles altos de ansiedad, depresión y estrés.
Disminución de la fuerza y trastornos en la relajación muscular. Aunque es importante remarcar que no existe inflamación en la musculatura.
Dolor en el aparato locomotor: Este dolor empeora con temperaturas frías, climas desfavorables, el estrés y la actividad física. Y mejora con la aplicación de calor de manera localizada, el reposo, masajes y ejercicios de estiramiento.
Rigidez del aparato locomotor: Normalmente la sufren un 76% de los pacientes y tiene una duración de 90 minutos o más.
Sensación subjetiva de inflamación en las articulaciones y de hormigueos o adormecimiento difusos o en las extremidades.
Fatiga, cansancio extremo: Entre el 80 – 90% de los pacientes sufren fatiga sobre todo por las mañanas.
Sequedad bucal: Aproximadamente un 10% de las personas con fibromialgia padecen este síntoma.
Obesidad o sobrepeso: Es común debido a la baja actividad física que pueden realizar las personas con fibromialgia (el reposo mejora la sintomatología).
Trastornos gastrointestinales: Los más frecuentes son la pirosis (acidez de estómago), la disfagia (dificultad para tragar los alimentos), la aerofagia (gases), la distensión abdominal, la diarrea o el estreñimiento y el síndrome del intestino irritable.