FIBROMIALGIA y el dolor de PIES.

Las causas por las que una persona puede llegar a desarrollar sensación de hormigueo y ardor en las piernas pueden ser múltiples. Los focos de la parestesia -sensibilidad en la piel- son la diabetes, neuropatía periférica, la esclerosis múltiple, los problemas de ciática y la fibromialgia. Tanto la sensación de quemazón como el hormigueo pueden tener su origen también en problemas de circulación temporales o que surgen como resultado, por ejemplo, de una mala posición de un pie. La sensación de sentir alfileres y agujas en la zona de los pies propia de la parestesia puede ser, a priori y en estados leves, una simple molestia; sin embargo, esta sensación se convierte en angustiante conforme se desarrolla, motivo por el cual se antoja fundamental analizar el dolor de pies en la fibromialgia.

La fibromialgia es un trastorno en el que los nervios del cuerpo están muy inflamados y sensibles. Existen varias clases. Fibromialgia primaria o fibromialgia severa, por ejemplo. Una de las teorías que gira en torno a este tipo de pacientes es la posibilidad de que sean hipersensibles al dolor del nervio debido a un exceso de la cantidad de sustancia química neurológica que envía señales al cerebro para que el cuerpo sienta el dolor.

Cuando una persona sufre de esta patología, algunas de las dolencias más comunes son el dolor de brazos e incluso el dolor de mandíbulas. También lo son las molestias en los pies. Por norma general, en la misma planta de estos. La fibromialgia incide en el surgimiento de este dolor como lo hace, por ejemplo, la fascitis plantar, la inflamación del tejido grueso en la planta o parte inferior del pie. Dicho tejido mantiene conectados al calcáneo los dedos, creando así el arco del pie.

Para acogerse a un correcto tratamiento es de vital importancia descartar la fascitis plantar como causa del dolor de pies para centrarnos en la fibromialgia o dolor invisible. En este sentido, conozcamos en qué consiste concretamente la fascitis plantar. Esta patología se da en el momento en el que la banda gruesa de tejido en la planta del pie se estira o se sobrecarga demasiado. Este estiramiento o sobrecarga puede provocar un grave dolor en el paciente e incluso impedirle el simple hecho de andar. Los siguientes factores inciden en una mayor posibilidad de padecer fascitis plantar:

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Existencia de pie plano o arco plantar alto.
Correr largas distancias cuesta abajo o en superficies desiguales.
Aumento repentino de peso.
Tendón de Aquiles tenso.
Zapatos con soporte de arco deficiente o suelas blandas.
La fascitis plantar manifiesta los mismos primeros síntomas de la fibromialgia que causa dolor en los pies, ya que una de las quejas más comunes son el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón, siendo este peor al dar los primeros pasos al levantarse de la cama; tras el reposo; al subir escaleras; o tras la realización de una actividad intensa.

Si tienes algún problema de salud, recuerda que con BonoMédico puedes acudir a más de 2.500 especialistas por sólo 39€ la consulta. Consulta aquí como funciona.

Para descartar que el dolor de pies responde a una fascitis plantar, el especialista llevará a cabo una serie de pruebas y exámenes físicos para demostrar:

Sensibilidad en la planta del pie.
Pies planos o arcos altos.
Hinchazón o enrojecimiento leve en el pie.
Rigidez o tensión en el arco de la parte inferior del pie.
A la hora de establecer un tratamiento adecuado para aliviar este tipo de dolores que se centran en las extremidades inferiores, los especialistas hacen las siguientes recomendaciones:

Consumir paracetamol o ibuprofeno para bajar el dolor y la inflamación.
Realizar ejercicios de estiramiento del talón y del pie.
Usar férulas mientras duerme con el objetivo de estirar el pie.
Descansar y mantener reposo el máximo tiempo posible.
Usar zapatos con buen soporte y amortiguación.
Otro tipo de medida que puede aliviar el dolor de pies en la fibromialgia es la aplicación de hielo sobre el área y usar taloneras ortopédicas. Si esto no funciona, se podrá recurrir al uso de plantillas hechas a medida o a inyecciones de esteroides.

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FIBROMIALGIA y el dolor de PIES.

Las causas por las que una persona puede llegar a desarrollar sensación de hormigueo y ardor en las piernas pueden ser múltiples. Los focos de la parestesia -sensibilidad en la piel- son la diabetes, neuropatía periférica, la esclerosis múltiple, los problemas de ciática y la fibromialgia. Tanto la sensación de quemazón como el hormigueo pueden tener su origen también en problemas de circulación temporales o que surgen como resultado, por ejemplo, de una mala posición de un pie. La sensación de sentir alfileres y agujas en la zona de los pies propia de la parestesia puede ser, a priori y en estados leves, una simple molestia; sin embargo, esta sensación se convierte en angustiante conforme se desarrolla, motivo por el cual se antoja fundamental analizar el dolor de pies en la fibromialgia.

La fibromialgia es un trastorno en el que los nervios del cuerpo están muy inflamados y sensibles. Existen varias clases. Fibromialgia primaria o fibromialgia severa, por ejemplo. Una de las teorías que gira en torno a este tipo de pacientes es la posibilidad de que sean hipersensibles al dolor del nervio debido a un exceso de la cantidad de sustancia química neurológica que envía señales al cerebro para que el cuerpo sienta el dolor.

Cuando una persona sufre de esta patología, algunas de las dolencias más comunes son el dolor de brazos e incluso el dolor de mandíbulas. También lo son las molestias en los pies. Por norma general, en la misma planta de estos. La fibromialgia incide en el surgimiento de este dolor como lo hace, por ejemplo, la fascitis plantar, la inflamación del tejido grueso en la planta o parte inferior del pie. Dicho tejido mantiene conectados al calcáneo los dedos, creando así el arco del pie.

Para acogerse a un correcto tratamiento es de vital importancia descartar la fascitis plantar como causa del dolor de pies para centrarnos en la fibromialgia o dolor invisible. En este sentido, conozcamos en qué consiste concretamente la fascitis plantar. Esta patología se da en el momento en el que la banda gruesa de tejido en la planta del pie se estira o se sobrecarga demasiado. Este estiramiento o sobrecarga puede provocar un grave dolor en el paciente e incluso impedirle el simple hecho de andar. Los siguientes factores inciden en una mayor posibilidad de padecer fascitis plantar:

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Existencia de pie plano o arco plantar alto.
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Aumento repentino de peso.
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La fascitis plantar manifiesta los mismos primeros síntomas de la fibromialgia que causa dolor en los pies, ya que una de las quejas más comunes son el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón, siendo este peor al dar los primeros pasos al levantarse de la cama; tras el reposo; al subir escaleras; o tras la realización de una actividad intensa.

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Para descartar que el dolor de pies responde a una fascitis plantar, el especialista llevará a cabo una serie de pruebas y exámenes físicos para demostrar:

Sensibilidad en la planta del pie.
Pies planos o arcos altos.
Hinchazón o enrojecimiento leve en el pie.
Rigidez o tensión en el arco de la parte inferior del pie.
A la hora de establecer un tratamiento adecuado para aliviar este tipo de dolores que se centran en las extremidades inferiores, los especialistas hacen las siguientes recomendaciones:

Consumir paracetamol o ibuprofeno para bajar el dolor y la inflamación.
Realizar ejercicios de estiramiento del talón y del pie.
Usar férulas mientras duerme con el objetivo de estirar el pie.
Descansar y mantener reposo el máximo tiempo posible.
Usar zapatos con buen soporte y amortiguación.
Otro tipo de medida que puede aliviar el dolor de pies en la fibromialgia es la aplicación de hielo sobre el área y usar taloneras ortopédicas. Si esto no funciona, se podrá recurrir al uso de plantillas hechas a medida o a inyecciones de esteroides.

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