Fibromialgia, se conocen nuevos indicios de sus bases neurológicas.

Hola a todas, el titular puede llegar a sonar un poco enredado, pero es una ventana de entrada a nuevas luces sobre el conocimiento del origen de la fibromialgia, o por lo menos sobre el posible desencadenamiento de sus síntomas.

Gracias a un trabajo mancomunado entre la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), las universidades de Granada, Islas Baleares y Valencia, el Hospital Universitario La Fe, y la Asociación Valenciana de Afectados de Fibromialgia (AVAFI); ha salido a luz un estudio en el que, lo voy a poner en palabras simples, no por ustedes desde luego sino por mi, se logran identificar las modificaciones que sufren nuestros cerebros como pacientes de fibromialgia comparándolas con los de pacientes sanas.

¿De qué va el estudio?, por lo que se puede colegir de las fuentes, se tomaron dos grupos de comparación, por un lado 15 pacientes con la fibro y por el otro 15 pacientes sanas,con edades entre 33 a 67 años, debido al grado de incidencia de la enfermedad en este rango de edades,(no se incluyeron hombres). Se analizaron a los grupos en reposo para analizar el comportamiento del flujo sanguíneo en las arterias de sus cerebros y observar las posibles diferencias que llegaran a determinar alguna anomalía o afectación y asociar esta o no a la presencia de dolor en las pacientes.

¿Qué encontraron?, pues analizando estas arterias cerebrales (responsables de irrigar la sangre por las distintas zonas del cerebro relacionadas con el dolor)*, encontraron que las pacientes con fibromialgia presentaban una complejidad mayor en la señal de velocidad del flujo sanguíneo, así como una distribución diferente en la densidad espectral de potencia; diferencias estas notables frente a cerebros de las pacientes sanas. Además, han observado correlaciones de estos parámetros con los niveles de dolor clínico, ansiedad y depresión medidos por cuestionarios.

“Los autores explican que “este tipo de resultados son interesantes para entender el funcionamiento cerebral de los pacientes con fibromialgia, así como su posible relación con la sintomatología psicológica y emocional que suelen mostrar estos pacientes. Además, es especialmente relevante a la hora de plantear estrategias de intervención psicológica eficaces”.

“Un mejor conocimiento de las bases cerebrales del dolor puede ayudar en un futuro a diseñar tratamientos que permitan a las pacientes gestionar mejor el dolor crónico”, apuntan los científicos.*

Pero siendo más concreta, ¿qué puede significar esto para las pacientes?.


No exageré en decir que es una ventana que deja ver nuevas luces, muchas de nosotras sospechamos (así sea un indicio pequeño) o nuestros médicos nos han sugerido que pueden existir anomalías en la forma en que nuestro cerebro procesa el dolor, una forma de saberlo es comparando, por ejemplo, sentimos dolor muchas veces por el simple roce de una tela o cuando alguien efusivo nos estrecha en un abrazo, sentimos diferentes niveles de dolor, pero es dolor al fin y al cabo, como respuesta exagerada de nuestro cuerpo a una acción simple; y ojo la exageración a la que me refiero es la que produce nuestro cerebro y no nuestra mente …¡anda que no es lo mismo! y si lo comparamos en personas sanas esto no ocurre y ese roce y ese abrazo hasta se disfrutan.

En medio de la ansiedad, o viviendo en la constante de sensaciones estresantes como preocupaciones, miedos, maltrato, abandono, depresión (esta última es muy importante) etc; nuestro cerebro al parecer no asimila estas situaciones adecuadamente y no se adapta con la velocidad que lo requiere nuestro cuerpo o como en una especie de confusión emite las señales erradas que no facilitan que podamos evolucionar y dar la vuelta a estas sensaciones.

El cerebro es el responsable de procesar las respuestas que debe emitir nuestro cuerpo en señales eléctricas al percibir, sentir o resentir estímulos, pero no hay que dejar de lado el componente psicológico (aquí si hablo de lo que produce nuestra mente), nuestras emociones y sentimientos frente adversidades o simples retos cotidianos, ese es otro tipo de respuesta que puede implicar un desgaste tanto físico como mental, y como “todo tiene que ver con todo” (frase atribuida a Anaxágoras) también lo que no podemos expresar, lo que nos cuesta decir, ese otro dolor que es muy profundo y parece que se alojara en el corazón también afecta a nuestro cerebro.

Se debe entonces, basándonos en este reciente estudio, recibir a la vez del tratamiento médico necesario para recuperar nuestro cuerpo físico, un tratamiento psicológico para aprender a manejar o gestionar mejor nuestras emociones, pero recuerden, no es motivo de culpa, es decir, no es que tenemos que ver al psicólogo porque seamos mujeres y todo lo exageramos (como muchos médicos lo infieren en las consultas), no, nada de eso,es porque sería ideal tener acompañamiento psicológico ya que nuestros cerebros tienen la dificultad de emitir con normalidad las señales que debe surgir de nuestras emociones y las está traduciendo en niveles de dolor; es como si al hacernos una prueba de reflejos, el doctor al golpear con el martillo en la rodilla nos hiciera levantar una mano y de eso no tenemos control.

Es necesario también, según por lo que podemos deducir de este estudio, que la visita al neurólogo se hace una necesidad, él podrá determinar con propiedad de qué forma nuestro cerebro necesita ser intervenido, ya sea con terapia farmacológica o terapia cognitivo conductual u otras terapias que sean convenientes y bajo su supervisión determinar la evolución de la enfermedad.

Con un tratamiento integral en las pacientes con fibromialgia, hará que el manejo del dolor crónico (causante de tantas bajas laborales y empeoramiento en la calidad de vida) sea una posibilidad en un futuro no muy lejano y en ello cruzo mis dedos y oro, pues como bien dijo Aristóteles “El todo es más que la suma de sus partes”.

Gracias a todas por leerme y un abrazo suave.

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